lunes, 3 de marzo de 2014

Trabajo sobre Navarra

Las regiones son definidas de manera abstracta delimitando áreas de una o más características comunes, ya sean de orden físico, humano o funcional.
En la organización territorial de muchos países, el término región designa una división  política del territorio a partir de un espacio definido según los criterios establecidos oficialmente, que generalmente pueden ser caracteres étnicos, demográficos, históricos, culturales, económicos o circunstancias especiales de clima, relieve o topografía, administración, gobierno, etc.
Etimológicamente procede de regir y su antecedente inmediato es el nombre reino”.
Estas son ideas, tomadas del profesor Alban d´Entremont y en este trabajo vamos a desarrollar la idea de la Navarra Reyno que, a lo largo de los siglos ha afianzado una región histórica y coherente, dentro de España.


1.   GEOGRAFÍA.

Con 10.391,08 km2 de extensión y 630.578 habitantes, nos encontramos ante una comunidad co n un gran pasado histórico y unas previsiones de futuro, según se recoge en este trabajo, esperanzadoras.

      A.   MEDIO FÍSICO.

Navarra está situada el norte de la península Ibérica, en el extremo occidental de los Pirineos con 163 km. de frontera con Francia y limitando, también, con las comunidades autónomas del País Vasco por el noroeste (Álava y Guipúzcoa), La Rioja por el sur y Aragón por el este y sur (Huesca y Zaragoza).
La comunidad está dividida en tres regiones geográficas de norte a sur: Montaña, Zona Media y Ribera, que se corresponden con la variedad geomorfológica, bioclimática e  histórica “De todo se encuentra en esta bendita región: la llanura y el monte, la historia y la naturaleza, las razas que no datan y las razas recién venidas al mundo, las reliquias de la vida antigua y los rudimentos de la moderna, el además trágico de los magnates y reyes y el brincar de los pastores”(A. Champión p:183).
A su vez estas regiones geográficas están subdivididas en comarcas geográficas: tres en la Montaña, que se corresponden con la Navarra húmeda, los valles Pirenaicos y las cuencas Prepirenaicas; dos comarcas en la zona Media que se identifican con la Navarra media occidental o Tierra Estella y la Navarra media oriental y, por último la Ribera, próxima al Ebro y sus dos comarcas: Ribera Estellesa y Ribera Tudelana. “Pero los rasgos más aparentes de los paisajes que pueden admirarse entre el valle del Baztán y las Bardenas, no vienen dados por su “osamenta”, sino por su “vestimenta”, no por el relieve, sino por la vegetación, por los ríos y fuentes y por el aspecto que ofrecen el cielo y las intemperies y meteoros. En definitiva, por el clima” (Alfredo Floristán. p: 50).
La diversidad bioclimática de Navarra es evidente. La zona húmeda de Navarra se corresponde con el territorio que no sufre la sequía estival, es decir toda la Montaña exceptuando las cuencas prepirenaicas. La Navarra seca es la Mediterránea y abarca la Ribera y los piedemontes externos y bajos de la Zona Media y la subhúmeda-subseca o Navarra submediterránea, las montañas y los piedemontes internos y altos de la Zona Media y las cuencas prepirenaicas.
En cuanto a los fundamentos hidrológicos nos aportan una prueba más que nos permite demostrar que Navarra es una región histórica coherente. “Los grandes ríos que unen el Pirineo con la depresión del Ebro sirvieron de lazos de unión de una cordillera alpina, que se plegaba y alzaba en la era terciaria con los sedientos marinos y los restos de viejas montañas, y una depresión o cuenca sedimentaria continental-lacustre que se ahondaba al sur, al mismo tiempo. Los grandes ríos navarros llevan del Pirineo al Ebro el agua excedentaria y los materiales arrancados por la erosión de las rocas a lo largo de su  recorrido, la riqueza de los suelos formados sobre los aluviones fluviales y el agua necesaria para fertilizar a las sedientas tierras del sur” (A. Floristán, p: 595).
La vegetación se corresponde con todo lo dicho anteriormente. Los robledales atlánticos en los fondos de los  valles y laderas bajas de la vertiente cantábrica y valles húmedos meridionales con una variedad dominante: el roble pedunculado; los hayedos de los valles cantábricos, meridionales, pirenaicos, en Tierra Estella y rozando la zona media  oriental. Si hablamos de vegetación mixta cabe señalar el hayedo-abetal en las zonas altas del Pirineo y los quejigales que marcan la transición entre los hayedos y los robledales húmedos y los encinares y los carrascales. Los encinares que son una formación boscosa típicamente mediterránea que en Tierra Estella tienen la mayor presencia, por último, los pinares de pino albar que se desarrollan en la zona de influencia pirenaica y los pinares de pino negro “En el extremo NE. de Navarra, en pleno Pirineo, entre los bosques propiamente tales y el paisaje desarbolado de la alta montaña, crecen entre rocas y pedreras unos bosques ralos, integrados por pinos robustos de follaje oscuro: los pinares de pino negro. Esta es especie antigua, desde la que tenemos fósiles desde el Plioceno. En el alto Roncal muchos ejemplares alcanzan 350 años de vida” (Jesús Elósegui  Aldasoro y Fernando Pérez Ollo, p :76).
Es lógico que la fauna que Navarra se corresponda con la variedad que hemos reflejado anteriormente. No se trata de hacer un examen exhaustivo de la que encontramos en cana de las comarcas,  humerales y bosques, sólo nos baste con reflejar la presencia del oso en el Pirineo; las aves acuáticas  nidificantes en 30 humerales e invernantes, repartidas en otros 60; el jabalí repartido por todo el territorio forestal y que da lugar a una gran actividad cinegética; los cérvidos: corzo (Baztán y Cinco Villas), ciervo(sector noroccidental entre Baztán e Isaba) y gamo Quinto Real).
La caza menor, cada vez más escasa, al igual que la  fauna de alta montaña (perdiz nival, urogallo, perdiz pardilla, marmota y sarrio), la fauna fluvial (cangrejo, visón europeo, nutria, salmón, trucha)  y las aves migratorias (codorniz común, becada y paloma torcaz). Mientras que  las rapaces (aguila real y  perdicera y búho real) y, en mayor medida, los buitres incrementan notablemente la población “Navarra es, después de Huesca, la región que cuenta con mayor número de parejas de la Península Ibérica. La tendencia poblacional de buitre leonado es claramente alcista, tanto en número de parejas, como en el número de buitreras” (Carlos Armendáriz, p:100).
No nos podemos olvidar de los cultivos divididos en  comarcas agrarias que según el “Plan 2000” se corresponde con las tres regiones Navarra: Zona Noroeste (prados y ganadería estabulada), Pirineo (forestal y ganadería), Pamplona y su Cuenca (cereales), Tierra Estella (forestal, pastos, olivos, viñedos y ganadería), Navarra Media oriental (cereal, viña, regadío), Ribera alta ( 70% secano con cereal y viñedo, resto maíz, girasol y regadío), Tudela(regadío).

        B.   MEDIO HUMANO

Si nos atenemos a las cifras oficiales la población que vive en Navarra asciende a 630.578 habitantes (Instituto Nacional de Estadística. INE. 01/01/2009) repartidos en 281 municipios. El 42,3% de la población reside en municipios de más de 20.000 habitantes; el 39,2 % de 2.000 h. a 20.000 h.; el 18,5% en municipios de menos de 2.000 h.
Los núcleos urbanos más poblados son Pamplona (198.491 h.), Tudela (34.717 h.), Barañaín (22.110 h.), Burlada (18.595 h.), Estella (14238 h.), Zizur Mayor (13.345 h.), Tafalla (11.394 h.), Egués (10.787 h.), Villava (10.642 h.) y Ansoaín (10.500h.).
El último dato publicado de crecimiento anual es del 2008 y lo sitúa en el 1,78,  con una población menor de 20 años del 19.43%; entre 20 y 59 años del 58,03% y mayores de 59 años del 22,55% (INE. Indicadores de población de Navarra).
Navarra es una población receptora de emigrantes. Según los últimos datos publicados los emigrantes en Navarra ascendían a 45.518 personas, el  51,80% eran hombres (23.577) y el 48,20% mujeres (21.941) (INE p:12 11/08/2010).
Las cifras de población activa, facilitadas por el Ministerio de Trabajo e Inmigración en octubre del 2010 nos sitúan el paro  en Navarra en 42.036 personal de las cuales 8.585 son extranjeros. Respecto a la protección social por desempleo según la EPA de octubre de este año: 132.956 personas carecen en Navarra de prestación, 11.788  cuentan con una prestación asistencial (11.190 subsidios y 598 rentas de inserción) el resto tienen prestación contributiva generada por su propia cotización al desempleo cuando estaba trabajando. Hay que tener en cuenta que estas cifras no incluyen los expedientes de regulación de empleo (ERE) que en estos momentos afectan en Navarra, de forma intermitente a un total de 6.444 trabajadores, de los cuales 3.109 cobraron paro en el mes de septiembre, según datos oficiales del Servicio Público de Empleo Estatal.
Las elevadas cifras de paro son preocupantes “En noviembre y en diciembre se seguirá destruyendo empleo y 2010 concluirá con una cifra de parados no muy lejana a la de principios de año. Es previsible que la creación de empleo tarde todavía en llegar” (Cámara Navarra de Comercio). Y parte de ese paro corresponde a la población emigrante “Con la crisis, la inmigración se ha convertido en una rémora, con un índice de desempleo muy alto entre la población inmigrante y un aumento de la pobreza, con muchas personas sin techo fijo, cualificación laboral o permiso de residencia y trabajo” (Alban d´Entremont p:16).

2.   HISTORIA

Con este trabajo pretendemos dar una visión general de Navarra como región y ha llegado el momento de hablar de Navarra Reyno. El título es demasiado pretencioso, porque nos vamos a limitar a dar un somero repaso del devenir histórico que es el que nos ha conducido a la actual situación política, geográfica, económica y social. Nuestro trabajo lo vamos a basar, en muchas ocasiones, en comentarios sobre sucesos históricos, más que en fechas y nombres pero, en cualquier caso, dotados de la imprescindible solvencia y rigor que exige la Historia.
    

      A.   PREHISTORIA.


Lo que sabemos de la Prehistoria en Navarra se ha sido aportando en los últimos cien año. El primer hallazgo de esa época remota de nuestro pasado empezó cuando se  descubrió la existencia de varios dólmenes  en la sierra de Aralar y se produjo su inmediata excavación en 1894-95 por parte de  J. de Iturralde y Suit.
”Los restos más antiguas del paleolítico navarro se hallan en terrazas de los afluentes del Ebro correspondiendo a un hábitat al aire libre. Con los fríos de la glaciación Würmiense las gentes del paleolítico superior se refugian en cuevas en lugares a no excesiva altitud: como Coscobilo, Abauntz, Berroberría, Zatoya. En el Mesolítico se expande algo el hábitat, continuando algunos grupos en los mismos y ocupando otros nuevos lugares, de la Navarra prepirenaica y de la Navarra Media. Las gentes del Neolítico mantiene (sic.) en buena parte, la tradición de vida cavernícola, habiendo algunos indicios de restos al aire libre perenecientes a cabañas (como en algún luar de Urbasa y de la Navarra Media)” (Ignacio Barandiarán p:5).
En la Edad de Hierro en la mitad meridional de Navarra está ocupada por poblados que cultivan cereal y cuidan el ganado, mientras que en el norte se construyen círculos de piedras para guardar las cenizas de los difuntos en “Unos grupos amplios con una estructura social jerarquizada, no sólo como organización y dirección del trabajo, sino otros aspectos de tipo socio-económico, con distribución de funciones” (Armando Llanos p:177).
Hemos pasado del 200.000/150.000 a. C con los primeros restos encontrados, utensilios de piedra de fines del Paleolítico Inferior al 500 a 450 a. C con el desarrollo de la segunda Edad de Hierro y las tribus Protohistóricas.

   B.   ROMANIZACIÓN.


A lo largo del siglo II a. C debieron llegar las tropas romanas a la zona sur en la actual Navarra. Se ha relacionado la estancia de Pompeyo con la fundación de Pompaelo (Pamplona) en el año 75 a. C. “Desde finales del siglo I a. C los hallazgos nos han proporcionado datos sobre sus modos de vida plenamente romanos, con pavimentos y mosaicos al modo itálico. En el siglo I d. C cuenta con un  macellum o mercado público. En los siglos I y II d. C se construyen vías públicas muy bien pavimentadas. A finales del siglo III d. C Pompaelo es destruida masivamente, quizá a consecuencia de las primeras invasiones bárbaras y vuelve a reconstruirse en los siglos IV-V d. C. En esta época la ciudad se amuralla. Durante las excavaciones del claustro de la Catedral se encontró un tramo de esa muralla con una puerta” (María Angeles Mezquiriz p:39)

No hay comentarios:

Publicar un comentario