Las regiones son definidas de manera abstracta delimitando áreas de una
o más características comunes, ya sean de orden físico, humano o funcional.
En la organización territorial de muchos países, el término región
designa una división política del
territorio a partir de un espacio definido según los criterios establecidos
oficialmente, que generalmente pueden ser caracteres étnicos, demográficos,
históricos, culturales, económicos o circunstancias especiales de clima,
relieve o topografía, administración, gobierno, etc.
Etimológicamente procede de regir y su antecedente inmediato es el
nombre reino”.
Estas son ideas, tomadas del
profesor Alban d´Entremont y en este trabajo vamos a desarrollar la idea de la Navarra Reyno que, a lo largo
de los siglos ha afianzado una región histórica y coherente, dentro de España.
1. GEOGRAFÍA.
Con 10.391,08 km2 de extensión y
630.578 habitantes, nos encontramos ante una comunidad co n un gran pasado
histórico y unas previsiones de futuro, según se recoge en este trabajo,
esperanzadoras.
A. MEDIO FÍSICO.
Navarra está situada el norte de
la península Ibérica, en el extremo occidental de los Pirineos con 163 km . de frontera con
Francia y limitando, también, con las comunidades autónomas del País Vasco por
el noroeste (Álava y Guipúzcoa), La
Rioja por el sur y Aragón por el este y sur (Huesca y
Zaragoza).
La comunidad está dividida en
tres regiones geográficas de norte a
sur: Montaña, Zona Media y Ribera, que se corresponden con la variedad
geomorfológica, bioclimática e histórica
“De todo se encuentra en esta bendita
región: la llanura y el monte, la historia y la naturaleza, las razas que no datan
y las razas recién venidas al mundo, las reliquias de la vida antigua y los
rudimentos de la moderna, el además trágico de los magnates y reyes y el
brincar de los pastores”(A. Champión p:183).
A su vez estas regiones
geográficas están subdivididas en comarcas
geográficas: tres en la
Montaña , que se corresponden con la Navarra húmeda, los valles
Pirenaicos y las cuencas Prepirenaicas; dos comarcas en la zona Media que se
identifican con la Navarra
media occidental o Tierra Estella y la Navarra media oriental y, por último la Ribera , próxima al Ebro y
sus dos comarcas: Ribera Estellesa y Ribera Tudelana. “Pero los rasgos más aparentes de los paisajes que pueden admirarse
entre el valle del Baztán y las Bardenas, no vienen dados por su “osamenta”,
sino por su “vestimenta”, no por el relieve, sino por la vegetación, por los
ríos y fuentes y por el aspecto que ofrecen el cielo y las intemperies y meteoros. En definitiva, por el clima” (Alfredo
Floristán. p: 50).
La diversidad bioclimática de
Navarra es evidente. La zona húmeda de Navarra se corresponde con el territorio
que no sufre la sequía estival, es decir toda la Montaña exceptuando las
cuencas prepirenaicas. La
Navarra seca es la Mediterránea y abarca la Ribera y los piedemontes
externos y bajos de la Zona
Media y la subhúmeda-subseca o Navarra submediterránea, las
montañas y los piedemontes internos y altos de la
Zona Media y las cuencas prepirenaicas.
En cuanto a los fundamentos
hidrológicos nos aportan una prueba más que nos permite demostrar que Navarra
es una región histórica coherente. “Los
grandes ríos que unen el Pirineo con la depresión del Ebro sirvieron de lazos
de unión de una cordillera alpina, que se plegaba y alzaba en la era terciaria
con los sedientos marinos y los restos de viejas montañas, y una depresión o
cuenca sedimentaria continental-lacustre que se ahondaba al sur, al mismo
tiempo. Los grandes ríos navarros llevan del Pirineo al Ebro el agua
excedentaria y los materiales arrancados por la erosión de las rocas a lo largo
de su recorrido, la riqueza de los
suelos formados sobre los aluviones fluviales y el agua necesaria para
fertilizar a las sedientas tierras del sur” (A. Floristán, p: 595).
La vegetación se corresponde con
todo lo dicho anteriormente. Los robledales atlánticos en los fondos de
los valles y laderas bajas de la
vertiente cantábrica y valles húmedos meridionales con una variedad dominante:
el roble pedunculado; los hayedos de los valles cantábricos, meridionales,
pirenaicos, en Tierra Estella y rozando la zona media oriental. Si hablamos de vegetación mixta
cabe señalar el hayedo-abetal en las zonas altas del Pirineo y los quejigales
que marcan la transición entre los hayedos y los robledales húmedos y los
encinares y los carrascales. Los encinares que son una formación boscosa
típicamente mediterránea que en Tierra Estella tienen la mayor presencia, por
último, los pinares de pino albar que se desarrollan en la zona de influencia
pirenaica y los pinares de pino negro “En
el extremo NE. de Navarra, en pleno
Pirineo, entre los bosques propiamente tales y el paisaje desarbolado de la
alta montaña, crecen entre rocas y pedreras unos bosques ralos, integrados por
pinos robustos de follaje oscuro: los pinares de pino negro. Esta es especie
antigua, desde la que tenemos fósiles desde el Plioceno. En el alto Roncal
muchos ejemplares alcanzan 350 años de vida” (Jesús Elósegui Aldasoro y Fernando Pérez Ollo, p :76).
Es lógico que la fauna que
Navarra se corresponda con la variedad que hemos reflejado anteriormente. No se
trata de hacer un examen exhaustivo de la que encontramos en cana de las
comarcas, humerales y bosques, sólo nos
baste con reflejar la presencia del oso en el Pirineo; las aves acuáticas nidificantes en 30 humerales e invernantes,
repartidas en otros 60; el jabalí repartido por todo el territorio forestal y
que da lugar a una gran actividad cinegética; los cérvidos: corzo (Baztán y
Cinco Villas), ciervo(sector noroccidental entre Baztán e Isaba) y gamo Quinto
Real).
La caza menor, cada vez más
escasa, al igual que la fauna de alta
montaña (perdiz nival, urogallo, perdiz pardilla, marmota y sarrio), la fauna
fluvial (cangrejo, visón europeo, nutria, salmón, trucha) y las aves migratorias (codorniz común, becada
y paloma torcaz). Mientras que las
rapaces (aguila real y perdicera y búho
real) y, en mayor medida, los buitres incrementan notablemente la población “Navarra es, después de Huesca, la región
que cuenta con mayor número de parejas de la Península Ibérica.
La tendencia poblacional de buitre leonado es claramente alcista, tanto en
número de parejas, como en el número de buitreras” (Carlos Armendáriz,
p:100).
No nos podemos olvidar de los
cultivos divididos en comarcas agrarias que según el “Plan 2000” se corresponde con las
tres regiones Navarra: Zona Noroeste (prados y ganadería estabulada), Pirineo
(forestal y ganadería), Pamplona y su Cuenca (cereales), Tierra Estella
(forestal, pastos, olivos, viñedos y ganadería), Navarra Media oriental
(cereal, viña, regadío), Ribera alta ( 70% secano con cereal y viñedo, resto
maíz, girasol y regadío), Tudela(regadío).
B.
MEDIO HUMANO
Si nos atenemos a las cifras
oficiales la población que vive en Navarra asciende a 630.578 habitantes
(Instituto Nacional de Estadística. INE. 01/01/2009) repartidos en 281 municipios.
El 42,3% de la población reside en municipios de más de 20.000 habitantes; el
39,2 % de 2.000 h. a 20.000 h.; el 18,5% en municipios de menos de 2.000 h.
Los núcleos urbanos más poblados
son Pamplona (198.491 h.), Tudela (34.717 h.), Barañaín (22.110 h.), Burlada
(18.595 h.), Estella (14238 h.), Zizur Mayor (13.345 h.), Tafalla (11.394 h.),
Egués (10.787 h.), Villava (10.642 h.) y Ansoaín (10.500h.).
El último dato publicado de
crecimiento anual es del 2008 y lo sitúa en el 1,78, con una población menor de 20 años del
19.43%; entre 20 y 59 años del 58,03% y mayores de 59 años del 22,55% (INE.
Indicadores de población de Navarra).
Navarra es una población
receptora de emigrantes. Según los últimos datos publicados los emigrantes en
Navarra ascendían a 45.518 personas, el
51,80% eran hombres (23.577) y el 48,20% mujeres (21.941) (INE p:12
11/08/2010).
Las cifras de población activa,
facilitadas por el Ministerio de Trabajo e Inmigración en octubre del 2010 nos
sitúan el paro en Navarra en 42.036 personal
de las cuales 8.585 son extranjeros. Respecto a la protección social por
desempleo según la EPA
de octubre de este año: 132.956 personas carecen en Navarra de prestación,
11.788 cuentan con una prestación
asistencial (11.190 subsidios y 598 rentas de inserción) el resto tienen
prestación contributiva generada por su propia cotización al desempleo cuando
estaba trabajando. Hay que tener en cuenta que estas cifras no incluyen los
expedientes de regulación de empleo (ERE) que en estos momentos afectan en
Navarra, de forma intermitente a un total de 6.444 trabajadores, de los cuales
3.109 cobraron paro en el mes de septiembre, según datos oficiales del Servicio
Público de Empleo Estatal.
Las elevadas cifras de paro son
preocupantes “En noviembre y en diciembre
se seguirá destruyendo empleo y 2010 concluirá con una cifra de parados no muy
lejana a la de principios de año. Es previsible que la creación de empleo tarde
todavía en llegar” (Cámara Navarra de Comercio). Y parte de ese paro
corresponde a la población emigrante “Con
la crisis, la inmigración se ha convertido en una rémora, con un índice de
desempleo muy alto entre la población inmigrante y un aumento de la pobreza,
con muchas personas sin techo fijo, cualificación laboral o permiso de
residencia y trabajo” (Alban d´Entremont p:16).
2. HISTORIA
Con este trabajo pretendemos dar
una visión general de Navarra como región y ha llegado el momento de hablar de
Navarra Reyno. El título es demasiado pretencioso, porque nos vamos a limitar a
dar un somero repaso del devenir histórico que es el que nos ha conducido a la
actual situación política, geográfica, económica y social. Nuestro trabajo lo
vamos a basar, en muchas ocasiones, en comentarios sobre sucesos históricos,
más que en fechas y nombres pero, en cualquier caso, dotados de la
imprescindible solvencia y rigor que exige la Historia.
A.
PREHISTORIA.
Lo que sabemos de la Prehistoria en Navarra
se ha sido aportando en los últimos cien año. El primer hallazgo de esa época
remota de nuestro pasado empezó cuando se
descubrió la existencia de varios dólmenes en la sierra de Aralar y se produjo su
inmediata excavación en 1894-95 por parte de
J. de Iturralde y Suit.
”Los restos más antiguas del paleolítico navarro se hallan en terrazas
de los afluentes del Ebro correspondiendo a un hábitat al aire libre. Con los
fríos de la glaciación Würmiense las gentes del paleolítico superior se
refugian en cuevas en lugares a no excesiva altitud: como Coscobilo, Abauntz,
Berroberría, Zatoya. En el Mesolítico se expande algo el hábitat, continuando
algunos grupos en los mismos y ocupando otros nuevos lugares, de la Navarra prepirenaica y de la Navarra Media. Las gentes del
Neolítico mantiene (sic.) en buena parte, la tradición de vida cavernícola, habiendo
algunos indicios de restos al aire libre perenecientes a cabañas (como en algún
luar de Urbasa y de la Navarra Media )”
(Ignacio Barandiarán p:5).
En la Edad de Hierro en la mitad
meridional de Navarra está ocupada por poblados que cultivan cereal y cuidan el
ganado, mientras que en el norte se construyen círculos de piedras para guardar
las cenizas de los difuntos en “Unos
grupos amplios con una estructura social jerarquizada, no sólo como
organización y dirección del trabajo, sino otros aspectos de tipo
socio-económico, con distribución de funciones” (Armando Llanos p:177).
Hemos pasado del 200.000/150.000
a. C con los primeros restos encontrados, utensilios de piedra de fines del
Paleolítico Inferior al 500 a
450 a . C
con el desarrollo de la segunda Edad de Hierro y las tribus Protohistóricas.
B. ROMANIZACIÓN.
A lo largo del siglo II a. C
debieron llegar las tropas romanas a la zona sur en la actual Navarra. Se ha
relacionado la estancia de Pompeyo con la fundación de Pompaelo (Pamplona) en el
año 75 a .
C. “Desde finales del siglo I a. C los
hallazgos nos han proporcionado datos sobre sus modos de vida plenamente
romanos, con pavimentos y mosaicos al modo itálico. En el siglo I d. C cuenta
con un macellum o mercado público. En
los siglos I y II d. C se construyen vías públicas muy bien pavimentadas. A
finales del siglo III d. C Pompaelo es destruida masivamente, quizá a
consecuencia de las primeras invasiones bárbaras y vuelve a reconstruirse en
los siglos IV-V d. C. En esta época la ciudad se amuralla. Durante las
excavaciones del claustro de la
Catedral se encontró un tramo de esa muralla con una puerta”
(María Angeles Mezquiriz p:39)
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