Woody Allen gran cineasta norteamericano nos presenta un falso documental
sobre la supuesta historia de Zelig, un caso ficticio de un milagro científico
ya que mediante diversos métodos consigue cambiar de apariencia. Este
documental representa la mayoría de las grandes aficiones del director: el
humor, con una gran carga humorística a lo largo de todo el film; el jazz,
mezcla de escenas de música y baile (“el baile del camaleón” que dice que se
crea en torno a la figura de Zelig); y una serie de sus obsesiones que han
marcado su vida tanto en el cine como personal: sexo, psicología, identidad y
la sociedad.
Esta historia se desarrolla en la década de 1920, durante la ley seca y
en esto se da la primera incongruencia histórica ya que habla del consumo de
whisky en la época. Plantea la aparición de un extraño ser humano el cual
aparece en diferentes situaciones y con distinto aspecto. En un inicio el
interés se centra en un ámbito científico pero, refleja la realidad en la cual
ese interés acaba siendo mediático, no sólo de la radio y televisión sino que
también existen diferentes personajes que intentan sacar partida de ello,
especialmente médicos. Por ello aparece el personaje de su hermana que lo
separa del hospital. Todo ello refleja una sociedad que vive de situaciones
excepcionales como esta, lo que no sólo nos lleva a ver la película como algo
humorístico, sino también como una crítica a la sociedad que refleja la de 1983
(año en el que se hizo la película) aunque también se puede relacionar con la
actual.
Otro de los rasgos de gran interés para Woody Allen es la psicología que
aparece con la doctora Fletcher que parece ser la única interesada realmente en
conocer las características excepcionales de Zelig y no beneficiarse de ellas.
Usa técnicas características de la época como la hipnosis que era usada para
solventar ciertos problemas al igual que en la actualidad.
Se autorrelaciona con otros “falsos documentales” con la aparición de
lugares como la mansión de William Randolph Hearst que aparece en “Ciudadano
Kane” de Orson Wells. Otros escenarios peculiares que aparecen son la Alemania nazi y una
imagen de Zelig con el Papa.
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